Vete a la mierda. Sí, sí, vete. Pero vete ¡ya! No quiero volver a saber nada de ti. Piérdete en ese lugar tan visitado, ahógate con tus propias lágrimas y, sobre todo, no vuelvas hasta que hayas cambiado un poquito, hasta que te parezcas un poco a felicidad. No sé porque puñetas tienes que existir.
¡Que te den tristeza!
MC#
No hay comentarios:
Publicar un comentario