"Escribo porque mi cerebro se comunica mejor con mis manos que con mi lengua. Porque me odio menos escribiendo que hablando. Porque mientras escribo puedo corregir, escoger una por una las palabras y nadie me interrumpe ni se desespera mientras las encuentro. Por un ameno vicio solitario".

domingo, 9 de septiembre de 2012

Con la A.


Así, un día como otro cualquiera, decidí arriesgar. Tomarme la vida con más calma y volver a sonreírle al amor. Y ¿sabes qué? Desde entonces soy fan incondicional del "quien no arriesga, no gana". Así fue como se rompieron mis esquemas y como el color verde de tu mirada se convirtió en mi preferido, cuando las sonrisas se convirtieron en mi mayor escudo y tu risa, resultado de las cosquillas, mi sonido favorito. 
Días, que con sus más y sus menos, se suceden. Cometer fallos y aprender de ellos, y todo ello rodeado de esa locura que caracteriza esto nuestro, al fin y al cabo, "el amor, sin locura, no es amor" y sino que nos lo digan a nosotros. Nosotros, ¿te das cuenta de lo bien que suena? Miles de sonrisas compartidas, besos que terminan en "te quiero's" y piel de gallina. 
Bien lo sabes, somos yo y mis frases y es que así, echando una vista atrás al tiempo que llevo a tu lado me siento más que segura al decir "no hay nada más bonito que lo que empieza por casualidad y acaba bien".
Tú, tú te has convertido en la mejor y mayor de mis casualidades.
Te quiero. 
MC#

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